Tíbet no es sólo un lugar lejano, Tibet parece otro mundo . Los tibetanos llaman a su país ' Bo ' ; los chinos lo denominan ' Xizang '; nadie sabe realmente de donde vino la palabra ' Tíbet '.
Las montañas son espectaculares, los valles glaciares son extensos y el horizonte es vasto y vacío. No hay casas, árboles o pueblos que delimiten el paisaje. Aquí, en esta tierra infinita , la mente se extiende hasta el horizonte. Contra esta inmensidad , los yaks y la gente se mueven como pequeñas hormigas. Están ocupados, aran laboriosamente la tierra helada y parecen desesperados tratando de sembrar la vida en este suelo estéril. Bajo los cielos azules, todo el peso del universo parece apuntar inexorablemente sobre ellos.
Lasha, su capital, es una ciudad tomada por las innumerables banderas de China que ondean desde cada techo de la pequeña ciudad, recordándonos que es el principal vestigio de una invasión injustificada, acallada y así mismo olvidada por el hombre, que no encuentra motivos para rebelarse ante ella.